🦑 Emprender junto a tus compañeros de trabajo
Si te lo has planteado, o te surge la duda de si está bien o mal, esto es para ti.
⭐️ Al lio
Sí, yo lo he hecho. He emprendido con compañeros de trabajo y, aunque no te lo recomiendo, lo volvería a hacer.
Me explico: No te lo recomiendo porque las posibilidades de que salga mal son muy altas.
Pero lo volvería a hacer porque después de haber vivido la experiencia en varias ocasiones me veo con el suficiente criterio para decidir si debo o no debo emprender con esa o esas personas en base a sus perfiles. Así que si decido repetir será porque creo que puede funcionar de verdad y porque nuestros perfiles están muy alineados.
Más adelante te cuento mis dos historias personales.
☝️ Hoy junto a La Nube Fiscal:
Asesoría La Nube Fiscal
Si estás leyendo esto, es muy probable que sea porque te ha picado el gusanillo del emprendimiento, o quizá ya te picó hace tiempo.
Una de las tareas más tediosas y menos emocionantes de monetizar tu idea, es cumplir con tus obligaciones ante Hacienda y no perder ninguna de las deducciones.
Con La Nube Fiscal, optimiza tus obligaciones y maximiza deducciones.
Ofrecemos asesoramiento experto para que te centres en lo que de verdad importa, hacer crecer tu negocio.
En la mayoría de ocasiones emprender con compañeros de trabajo se hace de manera espontánea. Fruto de una “calentada” tomando algo:
— Buah tío, el otro día se me ocurrió una idea.
— ¡Cuenta, cuenta!
— Pensé que la gente necesita [________] y nadie lo está vendiendo.
— Ostras, ¡es verdad!
— ¿Por qué no montamos algo?
— Hostia, seguro que lo petamos. Conozco a un vecino que hace [__________] y nos puede ayudar.
— ¡Venga! Estoy harto de todo, quiero ganar pasta. ¡Hagámoslo!
— No se hable más, mañana nos reunimos y lo detallamos. ¡Tres cervezas más por aquí!
Esto podría ser una historia real que se habrá repetido infinidad de veces.
Pero empecemos con lo que uno debería hacer antes de juntarse con nadie para emprender, sea o no compañero de trabajo:
Cuando vas a emprender, debes tener claro que le vas a echar muchas horas de trabajo a cambio probablemente de poco o nada. Y, además de eso, además de llevarte poco o nada, vas a tener que aplicarle pasión, actitud y creatividad a ese emprendimiento.
Por eso emprender es tan duro. Porque uno tiene que aguantar al pie del cañón incluso cuando no ve resultados.
Cuando hay resultados todo es muy sencillo. Se gana pasta, pues “palante”. Pero ¡ay cuando no se gana pasta!
Ahí es dónde se ve al verdadero emprendedor. Si el emprendedor se viene abajo, olvídate, eso no funcionará. Si el emprendedor se viene arriba, entonces hay posibilidades de funcionar (lo que no lo garantiza, obvio).
Y ahora añadimos algo todavía más difícil a la ecuación: Emprender mientras además mantienes tu puesto de trabajo por cuenta ajena 🤯
Imagina: Sales por la mañana de casa, te reúnes con gente, trabajas dando el callo todo el día, llegas a casa, atiendes tus responsabilidades (las que sea, si tienes niños, o cuidas a tus padres, sacas al perro, o te haces la cena y la comida del día siguiente, te duchas, blablabla).
Y ahora, después de todo eso, te pones una o dos horas con tu emprendimiento.
Y todo ello para, probablemente, no obtener un beneficio inmediato.
Solo de escribirlo me ha hecho replantearme el por qué lo hago 😂
Es duro. Es muy duro (aunque picar piedra sigue siendo más duro, sí).
Ahora júntate con gente que pueda soportar la misma situación. Si ya es difícil encontrar a alguien de tu entorno capaz de soportarlo, mucha casualidad tiene que ser que precisamente sean tus compañeros de trabajo. Que no digo que no suceda, pero vaya, que se han debido de alinear los astros muy mucho para que eso pase.
Cada persona está en un momento de su vida, tiene sus propias prioridades, sus propias responsabilidades, sus propias ambiciones.
Si todos los involucrados en un emprendimiento no reman en la misma dirección y, sobre todo y más importante, con la misma intensidad, la cosa se hunde. A lo mejor tarda un tiempo en hacerlo, pero acaba haciéndolo.
Te voy a contar los motivos por los que no funcionaron dos de las veces que he hecho esto. No entraré en detalles concretos de lo que quisimos hacer porque no tiene relevancia.
Historia personal #1
Esta historia se remonta a hace ya algunos años. Decido junto a otros compañeros montar un marketplace.
¿El problema? Cada uno estábamos en un momento de vida totalmente distinto. Unos con hijos, otros sin hijos, unos con cargas, otros sin cargas, y sobre todo, todos con distintas ambiciones y deseos de futuro.
Uno de los integrantes de hecho se bajó del barco a los pocos días. Se olió la tostada pronto 😂
Historia personal #2
Salió de “una calentada” en una reunión de ex-compañeros de trabajo (entre ellos seguían siendo compañeros en ese momento).
Al igual que la otra vez, uno de ellos se bajó del barco en seguida. Fue honesto y nos dijo que no podía comprometerse a nada ya que en breve le venían cargas familiares.
Quedamos tres. Dos en, más o menos, el mismo momento de vida, y el otro en momento distinto.
Al tiempo se unió alguien externo al proyecto en su propio momento de vida, distinto al resto.
En fin, puedes imaginar cómo acabó. La intensidad se fue diluyendo. El compromiso se fue disipando y poco a poco se fue abandonando el proyecto.
En resumen
Lo que te quiero decir con todo esto es que debes evaluar muy muy bien quién te va a acompañar en este viaje. Viaje intenso, ya ves.
Lo ideal, y mi recomendación: Que estéis en más o menos el mismo momento de vida y, mucho más importante, que tengáis las mismas ambiciones y la misma idea de compromiso.
Yo siempre “aviso” de que si vas a emprender mientras trabajas por cuenta ajena, debes tener claro que vas a necesitar sacrificar tiempo de ocio para dedicárselo a tu proyecto. Porque, amigos, eso de “lo haces en tu tiempo libre”, no sé vosotros, pero yo, tiempo libre, lo que es libre de no necesitar hacer absolutamente nada, no tengo.
Tengo tiempo que puedo dedicar al ocio, a mi familia, a mis amigos, a mi descanso. Pero no sé qué quiere decir la gente exactamente con “tiempo libre”. Como si ese tiempo no conllevase el sacrificio de nada. Tiempo “gratis” ¿no? Pues no.
Vas a tener que quitarte de descanso y de ocio para atender tu proyecto. Y esto lo van a tener que hacer a partes iguales todos los integrantes del proyecto. Porque cuando eso no suceda, empezarán las “movidas”.
¿Sucede un día? Por supuesto no sucede nada, hoy por ti mañana por mi.
¿Sucede dos días? Pues nada, va, venga, ya tiro yo hoy también.
¿Sucede un mes entero? Pues igual ya empezamos a no llevarnos bien.
¿Sucede dos meses enteros? Pues mira no, hasta aquí hemos llegado.
Y eso, va a pasar tarde o temprano si todas las partes no tiran.
Una cosa que me pasó en la “Historia personal #1” es que me tocaba hacer también de psicólogo continuamente. Me tocaba convencer día sí día también al resto de que hacía falta tirar, que ya quedaba menos.
A mi personalmente esa situación me quemó muchísimo. Porque uno también tiene sus días malos y, claro, no me lo podía permitir porque se iba todo al carajo.
Así que ya sabes, revisa, examina y piensa muy muy bien con quién te juntas para emprender.
No te dejes llevar por “la calentada” del momento.
🧠 Y recuerda
Una de las tareas más tediosas y menos emocionantes de monetizar tu idea de negocio, es cumplir con tus obligaciones ante Hacienda y no perder ninguna de las deducciones.
Con La Nube Fiscal, optimiza tus obligaciones y maximiza deducciones.