📰 La noticia de la semana
España se sitúa en la cresta de la ola en cuanto a absentismo laboral se refiere (en algo al menos estamos arriba).
Cada año se registran niveles record sobre esta métrica que asusta. 2023 ha cerrado con una media de 47 bajas por cada 1.000 trabajadores. La cifra más alta desde que se recogen datos.
¿Por qué será? Se especula con que la plantilla está cada vez más envejecida, sumado a las largas listas de espera de la seguridad social, esto podría ser un buen cóctel para que las dolencias padecidas se agraven o incluso se cronifiquen.
¡Aunque ojo! Que parece que tener un número alto de absentismo laboral podría ser síntoma de que el mercado laboral va bien 👀. La teoría detrás de esto dice que cuanto mejor y más trabajo hay, se pierde el miedo a pedir la baja (que se pide con facilidad, vaya), y cuanto peor está la cosa, el miedo crece y se acude al puesto de trabajo incluso con dolencias menores… 🤷♂️
⭐️ Al lio
La opinión podríamos decir que es algo parecido, o al menos algo muy ligado a la personalidad.
Según cómo seamos nosotros, haremos un juicio o valoración diferente del entorno.
Dependiendo de diversos factores (lugar dónde hemos crecido, cómo y quién nos ha criado, nuestras propias vivencias, problemas a los que nos hemos enfrentado, etc) tendremos una personalidad diferente y por tanto nos formaremos una opinión distinta de las cosas. Supongo que en eso estamos de acuerdo.
Pero, y aquí viene lo bueno, ¿nos debe acompañar siempre la misma opinión? ¿Es sano o insano mantenernos firmes a nuestras creencias? O mejor, ¿es inteligente hacerlo?
☝️Pero antes, una recomendación
Seguro que caes en al menos uno de estos perfiles:
No tienes ni idea o no entiendes la fiscalidad.
Te aburre enormemente la fiscalidad.
Te gustaría pagar menos impuestos.
No sabes como gestionar tu pequeño o gran patrimonio.
Si tu respuesta es sí en cualquiera de esas cuestiones (seguramente en varias xD), conozco un sitio.
Javier Rueda tiene una asesoría fiscal y, además de eso, tiene una newsletter muy top dónde envía contenido de valor sobre fiscalidad escrito en lenguaje entendible por el ser humano medio. Gratis, ojo.
En el primer correo ya te hace un regalo dónde te hace ahorrar dinero. Así, de primeras. No es broma. Lo recibes aquí 👇
*Esto es una colaboración amistosa
Sigo:
Pongo ejemplos muy concretos que seguro que todos podemos empatizar con ellos:
Ideología política.
Equipo de fútbol.
Matrimonio/hijos.
Propiedad privada
Fíjate que no entro en el detalle de cada uno ni me posiciono para no desvirtuar el objetivo de esta entrega.
Pero todos estaremos de acuerdo que estos 4 ejemplos (podría poner algunos más) pueden decirnos mucho de la trayectoria pasada de una persona. Aquí un psicólogo seguramente tendría mucho que decir.
Ahora bien, ¿qué tan sano es mantenerse firme completamente a nuestros ideales?
Kant dijo:
“El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.”
Así que, como podrás estar imaginando, mi pensamiento es que es muy sano cambiar de opinión, incluso en los asuntos más relevantes.
Mantenerse firme a una idea solo por el hecho de haber crecido con ella solo puede llevarte a la frustración.
Otro sabio, como es Tote King (😬) también dijo:
“Os pido perdón por cambiar tanto de opinión, y volveros locos. Son consecuencias de darle tanto al coco.”
No sé vosotros, pero yo le doy muchas vueltas a la opinión que me formo de las cosas.
Y ya te digo que, en los negocios, saber cambiar de opinión puede marcar claramente la diferencia entre el éxito y el fracaso.
Saber reconocer que tu idea no era buena.
Tener presente que otros modelos de negocio son posibles.
Aceptar que la persona a la que estás vendiendo puede estar en las antípodas en cuanto a sus opiniones y tus opiniones.
Reconocer que algo no se hace igual a como se hacía “en tus tiempos”.
Y un sin fin de ejemplos.
Por tanto, vas a necesitar no solo saber cambiar de opinión, si no también aceptar la opinión de los demás como buenas.
No obstante, mucha gente no está acostumbrada a ello. Pueden tacharte de “chaquetero” o te pueden echar en cara que “lo ves, antes estabas equivocado”.
Y la cuestión es que antes no estabas equivocado, solo que antes pensabas “eso” porque para ti, en ese momento, era correcto pensar “eso”, y ahora es correcto pensar “esto otro”. No hay más.
Por eso, lo que te vengo a decir en esta entrega son varias cosas que pueden hacer que te enriquezcas (mentalmente hablando).
1. Open your mind
Abre tu mente.
Cuando alguien te hable de algo que entre en conflicto con tu opinión, abre tu mente.
Yo personalmente, desde hace ya bastante tiempo, adopto la posición de “Change my mind”.
Es decir, intento empatizar con la otra persona e intento absorber todo lo que tenga que decirme, y estoy dispuesto a cambiar de opinión si lo que dice me convence. 100%.
Si el aspecto que tratamos es muy relevante (por ejemplo, cambiar mi ideología política) al menos me prometo tener su opinión en cuenta y, si me ha parecido realmente interesante (no puedes hacer caso a cualquiera que se ponga un gorro de papel de aluminio) macerar lo que me ha dicho y compararlo con mi propia opinión.
Hazlo, ya verás. Es muy sano, reconfortante y te abre un mundo de posibilidades y aprendizajes.
Por supuesto siempre tendrás tus líneas rojas. No puedes escuchar a todo el mundo, sobre todo a aquellos que se empeñan en ir en contra de la humanidad. Pero ya me entiendes.
2. Júntate con gente distinta
Con esto no te quiero decir que tengas que echarte nuevos amigos. No.
Lo que quiero decir es, al hilo de la anterior cuestión, que no tengas miedo ni pereza de charlar o juntarte con gente que piensa distinto a ti.
Un ejemplo random bastante claro podría ser:
“No quiero ir a esa boda porque su familia es muy ________”.
Hazte un favor y oblígate a ir. Habla con la gente, intégrate, escucha, descarta todo lo absurdo y quédate con lo interesante. Y dale una vuelta.
3. No seas troglodita
Estoy convencido de que todos podemos implantar en nuestra mente la imagen de la típica persona que tiene una forma de pensar muy concreta y que está dispuesta a defenderlo incluso haciendo uso de la fuerza.
Vaya, típico acérrimo a una posición política o equipo de fútbol (y otras cuestiones) con el que ya sabes que no se puede discutir, porque corres peligro de tener que acabar a tortas.
Ese por el que te dicen en la cena de navidad que “hoy no se saca el tema de política/fútbol, ¡tengamos la fiesta en paz!”.
No seas esa persona.
Esas persona viven continuamente frustradas porque el mundo no piensa como ellos, y están sumamente limitados a un círculo realmente pequeño de gente con la que pueden tratar, ya que cualquiera que no piense como ellos son rechazados.
4. Cambia de opinión
Si, en el fondo, eres honesto contigo mismo y sabes que te cuesta cambiar de opinión (algo totalmente comprensible, es lo que nos han enseñado que hay que hacer, ser fiel para siempre a tus ideales), puedes probar a hacer un ejercicio.
Coge una opinión tuya bastante relevante y cambia de opinión. Hazlo de repente, cuando hables con alguien random sobre ese tema (y no sea de tu entorno, que si no, no cuela), posiciónate en el lado contrario al que estás acostumbrado. Si esa persona concuerda con esa nueva opinión, estoy seguro que tendrá muchas cosas que contarte.
Después, piensa en ello.
Este ejercicio puede parecer una chiquillada, pero es efectivo (y divertido) para conocer abiertamente la opinión de los demás. La gente suele ser reticente a expresar de manera abierta su opinión si sabe que confronta con la tuya.
Si eres de derechas, igual alguien de izquierdas le cuesta decirte realmente lo que piensa. O al revés.
Si eres del Barça, alguien del Madrid puede ser reticente a hablarte de las bondades del Madrid o defectos del Barça de manera abierta. O al revés.
Etc.
Es decir, reniega de tus ideales por un momento, y escucha al otro. Qué ya verás que no te va a pasar nada, ni te vas a sentir sucio ni nada parecido 😂
🙏 ¿Me ayudas?
Respondiendo esta simple pregunta me ayudas a generar mejor contenido. Es solo un clic. Venga, ¡mójate!
¡Muy buen artículo! Ojalá esta forma de ver las cosas fuera más común, pero qué difícil es a veces reconocer que la otra parte tiene razón.
Hay una frase que odio cuando la gente lo dice "Es que yo soy así". Me parece una forma de autoponerte limitaciones de forma estúpida y encima parecer un cabezón.
Tener la mente abierta y escuchar a otros es la mejor forma de seguir desarrollándose y aprender. Muy buen post Luis Miguel